La Tertulia de los Jueves con Gabriel Budiño, Gabriel Mazzarovich, Gloria Robaina y Daniel Supervielle.
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La crisis entre Estados Unidos y Brasil se agravó este miércoles, cuando el presidente Donald Trump firmó un decreto que oficializa la aplicación de aranceles del 50% al ingreso de productos de ese país, en parte en represalia por el juicio contra el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro.
A mediados de julio, Donald Trump, había anunciado que esa medida se aplicaría a partir del 1 de agosto. La comunicación estuvo incluida en una carta enviada por Trump al presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en la que esgrimió tres razones: el juicio que enfrenta el expresidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado y que el líder republicano califica como “una caza de brujas”; decisiones del Supremo Tribunal Federal brasileño, que considera de "ataques insidiosos a las elecciones libres y al derecho fundamental a la libertad de expresión de los estadounidenses”, incluyendo la censura de las "plataformas de redes sociales” de ese país (Estados Unidos); y una “relación comercial prolongada y muy injusta generada por los aranceles y las barreras arancelarias y no arancelarias de Brasil”.
A lo largo del mes de julio hubo varios intentos de negociaciones entre las dos partes pero, según los trascendidos, el ambiente no era auspicioso. Finalmente la resolución se aprobó un día antes del plazo previsto.
La medida entrará en vigor el próximo 6 de agosto y no abarca a todos los productos brasileños. Trump exceptúa algunos rubros esenciales en las exportaciones brasileñas como el jugo de naranja, la energía, las aeronaves civiles y sus componentes, los fertilizantes, los metales preciosos, la pasta de celulosa o el arrabio, entre otros. Sin embargo, el café está incluido entre los productos que se verán sometidos a un 50% de tarifas aduaneras suplementarias, aplicables siete días después de la emisión del decreto, se lee en el texto. Es decir, el 6 de agosto.
“Es importante que el presidente Trump considere lo siguiente: si quiere una pelea política, tratémosla como tal. Si quiere hablar de comercio, sentémonos a hablar de comercio. Pero no se puede mezclar todo”, expresó Lula que agregó que defenderá la "soberanía del pueblo brasileño".
Para Trump las acciones del gobierno de Lula "constituyen una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos", informa la Casa Blanca en un comunicado.
"La persecución, intimidación, acoso, censura y enjuiciamiento políticamente motivados del gobierno de Brasil" contra "Bolsonaro y miles de sus seguidores son graves violaciones de los derechos humanos que han socavado el estado de derecho en Brasil", acusa Washington.
La Casa Blanca cuestiona, además, al juez de la Corte Suprema de Brasil Alexandre de Moraes.
Moraes "ha abusado de su autoridad judicial para amenazar, señalar e intimidar a miles de sus oponentes políticos, proteger a aliados corruptos y suprimir la disidencia, a menudo en coordinación con otros funcionarios brasileños, incluidos otros jueces del Tribunal Supremo Federal de Brasil", se lee en el comunicado.
Horas antes la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro impuso sanciones económicas a este magistrado, a quien Washington ya había revocado la visa.
Las sanciones se imponen en virtud de una ley estadounidense conocida como Global Magnitsky, que castiga a quienes hayan cometido o estén vinculados a violaciones de los derechos humanos o corrupción en el mundo.
"Se ha tomado la libertad de ser juez y jurado en una caza de brujas ilegal contra ciudadanos y empresas estadounidenses y brasileñas", afirma el secretario del Tesoro Scott Bessent, citado en un comunicado.
Como resultado de las sanciones, todos los bienes y participaciones de Moraes que se encuentren en Estados Unidos o que estén en poder o bajo el control de estadounidenses quedan bloqueados.