Ya echábamos de menos tener una polémica como la de esta semana, con la que hemos disfrutado más que un gorrino en un lodazal. Max Verstappen y Lando Norris se enzarzaron en Austria en una pelea fraticida que dejó los dos coches dañados y una amistad pendiente de un hilo.

Todo esto fue aprovechado por Russell que, sin comerlo ni beberlo, se encontró con una victoria inesperada, volviendo a trincar sin merecerlo. Le acompañaron en el podio Piastri y Sainz, ya que el segundo Red Bull sigue sin aparecer por las pistas de este Mundial... ni se le espera.

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