¿Por qué compartimos cada cosa que hacemos, pensamos y sentimos? Cuando una persona constantemente publica en redes sociales fotos, vídeos, información sobre su estado de ánimo, experiencias, sueños, etc., se encuentra motivada por la sensación placentera que genera un “me gusta” y, mucho más, un “me encanta”; además, si esto se complementa por comentarios positivos, se ve estimulada la “hormona del placer”, la dopamina. Este es un químico que se encuentra en nuestro cerebro de forma natural que nos permite disfrutar de lo que hacemos, vivimos y experimentamos.
Sin embargo, tras estimular constantemente esta hormona del placer, la persona va desarrollando una adicción y dependencia de las redes sociales. Y cuando no se recibe lo que se espera, puede tener un impacto significativo en la vida emocional del sujeto, generando frustración, ansiedad, tristeza y desesperación; llevándolo a aislarse y tener una imagen falsa e inapropiada de sí mismo, repercutiendo así en aquellas cosas que disfruta y en sus relaciones personales.
Lo que se comparte en redes sociales, dice mucho de lo que somos y de aquellas carencias que tenemos. Cuando se publican fotos de estar rodeado/a de mucha gente, se puede tener la necesidad de mostrar que hay alguien que nos quiere y valora; las selfies, muestran la necesidad de aprobación y admiración de los otros, características narcisistas que buscan aparentar seguridad y poder, pero, en realidad su autoestima podría verse afectada, donde esta debe ser reforzada por comentarios y reacciones de los demás.
Muchos de los mensajes, indirectas, enojos, frustraciones, etc. que van dirigidos exclusivamente a una persona o personas en específico, pero de forma indirecta, habla sobre la carencia de nuestras habilidades sociales de poder expresar emociones en persona, nuestra tolerancia a la frustración y de la capacidad que tenemos de resolver problemas.
La forma más saludable de utilizar las redes sociales, implica no buscar la aprobación de los demás, a través de reflexionar antes de publicar cualquier cosa, sobre cuál es la motivación que se tiene al subir una foto o mensaje, que primeramente me haga sentir bien a mi, con lo que soy y lo que tengo. Además, es muy importante diferenciar entre lo personal y lo privado; lo primero, implica mostrar cómo eres, qué te gusta o disgusta, qué te interesa, etc., brindándote la oportunidad de conectar con personas que traigan a tu vida un beneficio. Lo privado, son aspectos íntimos emocionales o situaciones complejas que deben mantenerse para ti, ya que, si lo compartes deja de ser tuyo para pasar a ser público, propiciando una imagen errónea de quién eres realmente.
Psic. Zayda Rodríguez. Colaboradoras: Lucía Athie, Adriana Sánchez y Graciela Saavedra.