Muchos se quedan en la multitud o el montón como admiradores de Jesús, y muchos otros deciden ponerlo en primer lugar porque han aprendido que vale la pena. Nuestro llamado no es sólo a creer sino a crecer con él de manera intencional y valiente. Te animo a firmar un pacto con Jesús diciendo: Señor, hoy te acepto como mi maestro; acéptame como tu discípulo. Con tu ayuda te convertiré en la prioridad de mi vida. Dame fuerzas para amarte en los momentos buenos y malos, en pobreza, enfermedad y persecución, hasta el día en que me llames a tu presencia. Jesús se entregó por completo y no espera menos de ti. Puedes leer Lucas14:25-35