No estamos destinados a llevar semillas en las manos. Estamos llamadas y llamados a permitir que las semillas caigan y que las flores y los frutos surjan de la tierra de nuestra vida.

Porque para tomar las grandes decisiones se requiere algo más que estar enamorados

Porque aparentemente no hay nada más complicado que saber si alguien es la persona indicada para pasar la vida. 

El tiempo de expectativa es tiempo de bendición cuando lo consagras a Dios. No hay tiempo desperdiciado cuando está en manos de Dios.

Descansar en la noche es fruto de un día guiado por la confianza en Dios.

En un mundo de odio, barreras y desencuentros, lo que queda es dar testimonio del amor de Dios en Jesucristo. Y ese testimonio es con palabras, pero principalmente con acciones. Usa el amor como un puente para conjurar los desencuentros.

Los pequeños acertijos nos enseñan tres cosas: la necesidad de conocer nuestro carácter, la bendición de confesar nuestras debilidades y la oportunidad de aprender a descansar en Dios.

Alma Tavera nos cuenta un poco sobre su abuela y de la sabiduría que enseñó. Frente a la larga lista de pendientes, podemos confiar en Dios: "si Dios quiere, pajarillo". 

Una vida en la que algo se ha roto se convierte en semilla de nuevas cosas, justo como el pan que se parte en la Mesa. 

Una mala racha en manos de Dios es la razón perfecta para poder experimentar señales de vida. 

"En su nombre..."