24 de agosto de 2025

Esfuerzo es lo que Jesús nos pide esta semana. No para ganarnos el cielo, sino para disfrutar de él desde hoy. Esfuerzo para hacer presente su reino, para seguirlo con fidelidad y sinceridad. Piensa en tu familia, en tu comunidad, en tu misma persona; ¿dónde te ha faltado un esfuerzo más grande para responder a lo que Dios te está pidiendo?

Por tu pueblo, Para tu Gloria, Siempre tuyo Señor.

Mons. Héctor M. Pérez V.

23 de agosto de 2025

Ser papá, mamá, padre (sacerdote), maestro, etc., es un privilegio inmerecido; en realidad el verdadero padre-madre, el verdadero maestro, guía y sacerdote, es Dios. Cuando olvidamos esto, también nosotros somos unos fariseos. Dejamos de servir y nos servimos de este don.

Que nuestros corazones alaben al Señor, ¡pues es Él quien ha hecho maravillas!

Mons. Héctor M. Pérez V.

22 de agosto de 2025

El Amor de Dios existe, es real, histórico y eterno. 

Solo cuando se pierde la gratitud, se comienza a pensar en la obligación. Tanto en el amor a Dios, ¡como en el amor al prójimo!

¿Has pensado últimamente por qué estás agradecida/o con quienes amas? En la gratitud está la fuerza del amor.

Dios los colme de su amor,

Mons. Héctor M. Pérez V.

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21 de agosto de 2025

Dios invita a todos a experimentar su Amor, no importa cuán pecador seas, Dios ha enviado a alguien por ti, pues no queda nadie fuera de su Misericordia. ¿Cuándo te convencerás de aceptar la invitación a esta boda?

Tengamos cuidado de no estar rechazando esta invitación por nuestras ocupaciones, nuestras preocupaciones, nuestro egoísmo, soberbia o indiferencia. Pues un día, nos pedirá cuentas por todas las veces que nos envió un mensajero a invitarnos a su boda y no le hicimos caso.

Dios los colme de su paz,

Mons. Héctor M. Pérez Villarreal

20 de agosto de 2025

Ser cristiano es un privilegio, un gozo que se agradece cada día, significa caminar la vida con la certeza de su Amor y la fuerza de su Espíritu. De esta manera, entre más tiempo viva como cristiano, ¡mejor! 

Un cristiano asalariado, jamás comprenderá lo que es la generosidad y la gratuidad.

Te invito a rezar un Padrenuestro con un corazón agradecido, porque desde tu bautismo Dios te ha contratado para trabajar en su viña.

Porque eterna es su Misericordia,

Mons. Héctor M. Pérez V.

19 de agosto de 2025

Presentemos a Dios aquellas personas que nos son difíciles amar o aquellas situaciones que nos son difíciles sobrellevar. Es Él quien nos da la fuerza para perdonar y amar, es Él quien nos da la sabiduría para superar nuestras dificultades. Pues tal vez, te parezca imposible, pero de la mano de Dios el amor siempre es posible. 

Dios los colme de su paz.

Mons. Héctor M. Pérez V.

18 de agosto de 2025

Amar a Dios y a nuestro prójimo, incluso a nuestros enemigos, siguiendo los pasos de Jesús, es nuestro camino al Cielo.

Comencemos hoy nuestra semana, buscando hacer a un lado aquellas actitudes o cosas que nos impiden mirar a nuestro prójimo con el amor que Cristo los ama.

¡Buen inicio de semana!

Mons. Héctor M. Pérez V.

17 de agosto de 2025

Dejemos a un lado aquel cristianismo que no anima ni al más fervoroso; diría el papa Francisco, dejemos de ser cristianos “con cara de funeral” que parecen “momias de museo” que viven su cristianismo como “apéndice de sus vidas”. 

Hagamos esta semana un espacio en nuestras agendas a Dios. Él quiere estar con nosotros para “reencender el fuego de su amor”. ¿Seremos capaces de hacerlo? 

Por tu Pueblo, para tu Gloria, siempre tuyo Señor, 

Mons. Héctor M. Pérez V.

16 de agosto de 2025

Acercarnos a Jesús, buscar su bendición, pedir su consuelo o su consejo, es un privilegio que Dios nos ha dado, y no una conquista de algunos “santos”. Al final de nuestras vidas nos sorprenderá que “quienes creíamos últimos serán los primeros y quienes se creían primeros, serán los últimos”. 

“Dejen a los niños y no les impidan que se acerquen a mí, porque de los que son como ellos es el Reino de los cielos”.

Porque es eterna tu misericordia.

Mons. Héctor M. Pérez V.

15 de agosto de 2025

Hoy celebramos la Asunción de la Virgen María. Esto significa que María, terminados sus días entre los hombres, fue llevada por Cristo a la comunión definitiva con Él. 

María nos dio testimonio que creer no significa llevar una vida fácil, ni libre de adversidades, pero sí es una vida que nos asegura libertad para amar, la fuerza para perdonar y la esperanza para enfrentar la adversidad; y al final de nuestros días, la plenitud en el amor, nuestra santidad.

¡Dichosa tú María que has creído! Por tu fe, hoy somos hijos amados del Padre. Guía nuestros pasos, confórtanos en la prueba, y fortalece nuestra fe.

Creo Señor, pero aumenta mi fe.

Mons. Héctor M. Pérez V.