En el capítulo anterior, conocimos que Jesús, como conocedor de la vida rural, aplicó sus observaciones y experiencias para mostrar a la gente sencilla, el Reino de Dios, y sus oyentes comprendían frecuentemente, no solamente sus ejemplos, sino lo que pretendía enseñarles, por ejemplo, cuando dijo «Ustedes son la sal de la tierra y la luz del mundo» que leemos en Mat 5,13-14 comprendieron que sal significa que como la sal, debemos dar sabor a la vida de los demás, y hacerlo con amor; también significa que debemos conservar, es decir, resistir la tendencia a la corrupción, y también significa que debemos ser sanadores y ayudar a cicatrizar las heridas, aunque con ello irritemos. En segundo lugar, nos dice que somos luz, y ello significa que debemos, con nuestros actos, reflejar la luz de Cristo, para mostrarlo a Él a quien vea nuestra conducta. Esto lo comprendió Santiago por lo que escribió en el capítulo 2 de su epístola en la que deja claro que debemos mostrar nuestra fe con hechos.
Notamos con esto que toda la enseñanza de Jesús está enfocada en mostrar la forma en la que debemos vivir para alcanzar el Reino de Dios y mostrarlo a los demás, que es la orden que nos dejó cuando dijo, según leemos en Mr 16,15: “Vayan por todo el mundo y anuncien a todos la buena noticia”.
Te invito a escuchar el tema 5 de la serie CONOCIENDO A JESÚS titulado: “JESÚS, TRABAJADOR DEL REINO DE DIOS”