Share Félix Maradiaga
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El dictador Daniel Ortega, en cínica contradicción, insinúa ahora de manera velada su disposición a un diálogo. Sin embargo, la historia reciente nos ha enseñado que cada vez que Ortega menciona diálogos, lo hace con la intención de consolidar su dictadura.
Ha utilizado estas instancias no como puentes hacia la reconciliación, sino como trampas para acorralar a sus oponentes, encarcelarlos, despojarlos de su nacionalidad, amordazar a la prensa independiente y expulsar del país a quienes se atreven a pensar diferente.
Hablar de diálogo en estas circunstancias es una afrenta a la esencia misma de la democracia. Un proceso genuino de diálogo debe comenzar con el cese inmediato de la represión y la restitución plena de los derechos constitucionales de todos los nicaragüenses.
Los demócratas auténticos están llamados a defender el diálogo como un principio fundamental de la convivencia civilizada, pero no a cualquier precio. Un diálogo que se desarrolle bajo la sombra de la represión y el abuso no es más que una pantomima, diseñada para legitimar un régimen que ha demostrado su desprecio por la libertad y la dignidad humana.
No se dialoga con la libertad encadenada; se dialoga cuando la justicia y la dignidad vuelven a ser ley.
En este episodio, analizamos cómo la reforma a la Ley No. 641 del Código Penal, impulsada por la dictadura de Daniel Ortega, extiende su represión más allá de las fronteras nicaragüenses. Ahora, no solo encarcelan y expulsan a los disidentes; pretenden juzgar y confiscar los bienes de opositores en el exilio, intensificando la guerra contra los nicaragüenses en la diáspora. Es posible que este anteproyecto de ley esté preparando el terreno para una nueva ola de expulsiones masivas de disidentes nicaragüenses que actualmente son presos políticos. La presencia de numerosos presos políticos es un problema para el régimen, que busca reducir el activismo internacional y acallar la presión de la comunidad internacional. En un posible escenario de excarcelación, el régimen podría usar esta reforma para forzar a los liberados al exilio, despojándolos de su nacionalidad y evitando que se conviertan en voces activas de la resistencia.
En este podcast, analizo cómo Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, ha llevado su paranoia a extremos que lo han aislado tanto de sus antiguos aliados progresistas como de la comunidad internacional. A través de confrontaciones con Gustavo Petro, Lula Da Silva y Gabriel Boric, y su creciente hostilidad hacia cualquier crítica externa, Ortega ha transformado a Nicaragua en un régimen autoritario similar a una "Corea del Norte tropical". Su pérdida de control y el colapso de sus relaciones diplomáticas subrayan la decadencia del régimen que hoy es universalmente condenado por su brutalidad y represión.
En este podcast, exploraremos la decisión de la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua de alejarse de relaciones diplomáticas con la próspera Corea del Sur, prefiriendo en su lugar establecer relaciones íntimas con la cerrada Corea del Norte. Usando una fotografía desde el espacio que muestra la diferencia en iluminación entre ambas Coreas, analizaremos las implicaciones de esta decisión y cómo refleja la disparidad entre un sistema cerrado y uno abierto.
Este podcast se refiere a la decisión de la dictadura de Daniel Ortega en Nicaragua de otorgar asilo político al expresidente panameño Ricardo Martinelli, condenado por delitos de blanqueo de capitales. Felix Maradiaga argumenta que esta acción no solo desafía las normas internacionales, sino que también revela una profunda crisis ética y moral en la dictadura sandinista. Maradiaga señala que esta no es la primera vez que el gobierno de Ortega protege a figuras corruptas, citando ejemplos como la protección ofrecida a Pablo Escobar en los años ochenta. El podcast destaca la necesidad de que la comunidad internacional tome medidas enérgicas para restablecer el imperio de la ley y el respeto a la justicia en la región
En un acto de agresión que marca un peligroso pico en las tensiones regionales, Irán lanzó un ataque masivo contra Israel el pasado 13 de abril, desplegando más de 300 drones y misiles. Este ataque, justificado por Irán como represalia por el bombardeo israelí de un consulado iraní en Siria, ha sido condenado por expertos y líderes mundiales por su desprecio por la estabilidad regional y la vida humana.
La respuesta de Irán desafía las normas internacionales.
El acercamiento de Ortega a regímenes como el de Irán es profundamente preocupante, ya que sugiere un desprecio flagrante por los valores democráticos y los derechos humanos. La relación entre la dictadura de Ortega y el régimen terrorista de Irán es una alianza basada en la represión y el autoritarismo, no en principios de diplomacia moderna y beneficio mutuo.
El informe "La Investigación sobre Nicaragua: El Silenciamiento de la Democracia en Nicaragua" presenta una serie de recomendaciones para abordar la crisis de derechos humanos en el país. Entre ellas se destaca el apoyo a la creación de un "Grupo de Amigos del Pueblo Nicaragüense" para diseñar estrategias que frenen los abusos, la promoción de investigaciones penales internacionales contra altos funcionarios del gobierno nicaragüense, y la exploración de la posibilidad de llevar a Nicaragua ante la Corte Penal Internacional. Además, se sugiere la imposición de sanciones Magnitsky contra los responsables de violaciones de derechos humanos, el brindar apoyo y asistencia técnica a las víctimas, y promover la rendición de cuentas y elecciones libres y justas. También se enfatiza la importancia de elevar la situación de derechos humanos en Nicaragua en foros internacionales, informar al Ministerio del Interior del Reino Unido sobre la situación para considerarla en las solicitudes de asilo, y proporcionar visas de emergencia para periodistas y defensores de derechos humanos en riesgo. Se destaca la necesidad de asistir a los refugiados nicaragüenses en el Reino Unido, realizar periodismo de investigación para una cobertura integral de la situación en Nicaragua, y examinar los vínculos entre Nicaragua, Rusia y China, así como las implicaciones para la estabilidad regional del desplazamiento masivo de personas.
En este podcast, Félix Maradiaga destaca la perseverancia y la resistencia de María Corina Machado y su movimiento, Vente Venezuela, frente al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. A pesar de los intentos de Maduro por silenciar a la oposición, subestimando la voz de Machado en las elecciones, su determinación ha inspirado esperanza en medio de la crisis del país. Maradiaga señala que la falta de carisma de Maduro y su respuesta represiva frente a la presión internacional reflejan similitudes con Daniel Ortega en Nicaragua, pero destaca que la diferencia clave en Venezuela es la presencia de una candidata surgida de elecciones primarias legítimas. Maradiaga llama a la comunidad internacional a presionar por el respeto a los acuerdos de Barbados y a reactivar las sanciones contra el régimen de Maduro, además de garantizar la seguridad de Machado y su equipo. A pesar de la represión, Maradiaga destaca la cohesión de la oposición venezolana en torno a un proyecto unificador, demostrando que la lucha por la libertad y la democracia sigue vigente.
El lunes 27 de noviembre, el Consejo Europeo decidió introducir (y cito textualmente lo que dice el comunicado) "excepciones humanitarias a las medidas de inmovilización de activos en diez regímenes de medidas restrictivas de la UE" (fin de cita). Estas modificaciones son aplicables a nueve regímenes en todo el mundo, incluyendo Venezuela y Nicaragua.
Muchas personas se han referido a esa decisión del consejo como una flexibilización de sanciones, pero yo tengo una opinión diferente. Antes de dar mi opinión, es importante aclarar que mi perspectiva es estrictamente técnica y no estoy respaldando la decisión de la Unión Europea.
Una lectura rápida de esta decisión podría llevar, equivocadamente, a creer que la Unión Europea se ha flexibilizado, en términos generales, todas las sanciones vigentes para cada uno de los regímenes antes mencionados, incluyendo Nicaragua. Pero lo que realmente ha ocurrido es que el Consejo Europeo está implementando una decisión del Consejo de Seguridad de la ONU, la Resolución 2664 (2022), aprobada el 9 de diciembre de 2022 con 14 votos a favor y ninguno en contra.
Bajo dicha resolución de la ONU, se decidió que, en caso de existir una necesidad de asistencia humanitaria, los países que han impuesto sanciones pueden hacer excepciones temporales para que las personas sancionadas no sean un obstáculo para la entrega de ayuda a los necesitados. Esta resolución de la ONU es el resultado de diez años de debates en las Naciones Unidas. La resolución exige que los países hagan ajustes en sus marcos legales, y eso es precisamente lo que ha hecho la Unión Europea.
En términos prácticos, ¿qué significa esta decisión europea?
Voy a utilizar un ejemplo para explicarlo. Si en alguno de los nueve países sancionados se produjera una emergencia humanitaria y, al mismo tiempo, algún ministro o funcionario de ese país estuviera sancionado, la Unión Europea, los Estados miembros y las agencias de cooperación pueden hacer una excepción humanitaria y llevar a cabo trámites con dicho funcionario para que la ayuda llegue a las víctimas o beneficiarios. La norma de la ONU (y la cito textualmente) dice: "La provisión de recursos económicos o la entrega de bienes y servicios necesarios para garantizar la entrega oportuna de asistencia humanitaria o para respaldar otras actividades que satisfacen las necesidades humanas básicas están permitidas y no constituyen una violación de las congelaciones de activos impuestas por ese órgano o sus comités de sanciones".
En otras palabras, la persona sancionada sigue estando bajo sanción, pero esa sanción no puede ser un obstáculo para la entrega de ayuda en caso de necesidad humanitaria.
De acuerdo con la resolución de la ONU, los Estados miembros de la ONU tienen la responsabilidad de realizar ajustes en sus sistemas legales, y eso es precisamente lo que ha hecho la Unión Europea para un grupo de nueve regímenes, y es probable que lo haga para otros en el futuro. La resolución de la ONU es muy específica en cuanto a las excepciones, y vuelvo a citar el texto: "Cuando el objetivo sea proporcionar asistencia humanitaria o apoyar otras actividades que satisfagan las necesidades humanas básicas de las personas necesitadas".
Es importante recordar que esta norma, aunque no estaba designada específicamente para Nicaragua, es la que la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, ha estado aplicando desde el año 2018. No es nada nuevo. Solo se formalizó lo que la Unión Europea ya venía haciendo.
Finalmente, me gustaría reiterar mi posición personal de que es fundamental ejercer la máxima presión sobre la dictadura sandinista de los Ortega Murillo para lograr la libertad de todos los presos políticos sin excepción y el fin de esa tiranía. Esto requiere sanciones más focalizadas, dirigidas a quienes han cometido delitos y crímenes de lesa humanidad, a los corruptos y a quienes ayudan a la dictadura a reprimir al pueblo.
En las páginas de la historia política, los intentos del dictador Daniel Ortega por instaurar una dictadura dinástica en Nicaragua se destacan como un capítulo oscuro. Esta tendencia también se está reflejando en otras dictaduras del mundo.
Este esfuerzo dinástico se ve claramente en la designación de su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, en la práctica es una codictadora, un paso inicial hacia la consolidación de un poder familiar. El segundo paso es instaurar a Laureano Ortega cómo le heredero de la dictadura.
En este episodio, exploraremos cómo esta dinastía Ortega-Murillo se asemeja a otros regímenes dinásticos en el mundo, como los Kim en Corea del Norte y los Assad en Siria, y cómo está afectando a Nicaragua.
Además, discutiremos los riesgos y desafíos que enfrenta este proyecto dinástico, tanto a nivel interno como internacional, y por qué es crucial la respuesta de la ciudadanía nicaragüense y la comunidad internacional.
También analizaremos las conexiones de este proyecto con dictaduras extranjeras y cómo estas potencias apoyan la perpetuación del poder de los Ortega.
En conclusión, exploraremos las posibles estrategias para desafiar este intento de perpetuar una dinastía familiar en el poder y cómo esto impacta en el futuro de Nicaragua.
Sintoniza este episodio para entender mejor el proyecto dinástico en Nicaragua y las implicaciones que tiene para su pueblo y para la política global.
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