En esta ocasión, esta parranada de desadaptados se reunieron a discutir sobre lo políticamente correcto y su pertinencia en nuestro mundo contemporáneo. En la discusión, los filosófagos se quejan del desafortunado hecho de que ya no podemos ofender a quien se nos venga en gana y que debemos respetar las mínimas normas de civilidad. Todo era más fácil cuando habían oprimido y opresores, no como ahora que pretenden que todos seamos iguales. De otro lado, los filosófagos también se preguntan por el valor de la corrección política, y sobre cómo, en muchos casos, más que una inconveniencia recurrente, también puede servir para dar un ápice de representación e inclusividad a las minorías privadas de derechos.