La incertidumbre está detrás de cada esquina y todo evoluciona más deprisa que nunca. Tenemos 2 opciones: Enfocar la situación de crisis actual desde una perspectiva rígida, echando balones fuera y culpando a los demás de todo lo que está mal; O representar una parte activa del proceso, tomando responsabilidad en que cosas podemos cambiar de cada uno de nosotros, estando abiertos a un aprendizaje constante. Desde mi perspectiva, aquellos que se cuestionen sus propias creencias estarán más preparados para evolucionar. Hay muchas cosas que no me gustan de este mundo pero he eliminado el concepto de queja de mi vocabulario. Prefiero cambiarme yo, antes que evadir mi responsabilidad con quejas improductivas que lo único que consiguen es eliminar mis posibilidades de crecimiento.