La historia de la guerra en Yemen es una trama compleja que se entrelaza con factores religiosos, políticos, sociales y geográficos. Desde la unificación de Yemen en 1990, tensiones étnicas y políticas han marcado su curso, culminando en la guerra civil a partir de 2015. Las implicaciones religiosas radican en la rivalidad entre las ramas sunita y chiita del Islam, ya que la insurgencia hutí chiita ha desencadenado conflictos con el gobierno respaldado por Arabia Saudita, una nación suní. Políticamente, la guerra ha exacerbado rivalidades regionales, involucrando actores internacionales como Arabia Saudita e Irán, compitiendo por influencia. A nivel social, la guerra ha provocado una grave crisis humanitaria, con millones de personas desplazadas y en necesidad de asistencia. Geográficamente, Yemen controla el estrecho de Bab el Mandeb, una ruta vital para el comercio global y el transporte de petróleo, lo que añade un componente estratégico a la lucha. Esta guerra encapsula la interacción compleja entre diversos factores, impactando la vida de los yemeníes y teniendo ramificaciones a nivel global.