Hoy toca grieguería blasfema. No me preguntéis cómo, pero de las ofensas a dioses varios he pasado a chulapos y contrabandistas en menos de ocho minutos.

Están por todas partes y nos ayudan a demostrar ingenio y, sobre todo, sentido del humor en nuestras redes sociales, pero ¿por qué se llaman memes? En nuestra grieguería de hoy hablamos de eso, y también de camaleones, de artistas callejeros... variadito, como siempre.

Lo único bueno de vivir tiempos políticos convulsos es que de vez en cuando los mítines nos regalan palabritas especialmente sonoras de etimologías de lo más novelesco, en las que se mezclan higos, contrabando, la Atenas de Pericles y hasta los Reyes Magos. Amigas: no pongáis un sicofante en vuestras vidas.

Zabulón es el último judío vivo de Afganistán. En pocas semanas emigrará, y la sinagoga en la que lleva viviendo varias décadas en la más absoluta soledad quedará vacía.

Hoy hablamos de una palabra tan griega como judía, que nos conecta con significados tan primigenios como dispares, y que nos lleva desde los simposios hasta las demagogias, pasando incluso por una famosa futuróloga.

Grecia sin mar no es Grecia. Y un mar sin naufragios... pues tampoco es mar. Hoy los barcos con peor fortuna nos llevan de puerto en puerto, contándonos historias de estribillos pegadizos y de soldados haciendo chocar sus espadas en el fragor de la batalla. El viaje es tan azaroso que nos despega un poquito de la lengua griega, pero os aseguro que el rodeo merece la pena.

Hoy Umberto Eco nos conduce desde las iluminadas salas de los scriptoria medievales hasta los fragantes arroces indios y, por el camino, nos encontramos con botellódromos, poleas y frases que se dicen igual, las mires por donde las mires. Vericuetos etimológicos en estado puro, vamos.

Ay, ¿quién maneja la barca de los aventureros, quién, que a la deriva los lleva?

Hoy hablamos de grandes conquistas nacidas de la mente de un cura inventor, de los peligros del exceso de testosterona y del increíble viaje de una palabra desde un traje de corcho hasta... la luna.

La grieguería de hoy habla de palabras que de lejos brillan, pero de cerca queman. Hoy descubrimos las mil y una formas que tiene el fuego heleno de colarse en nuestra lengua y, en especial, lo pirómanos que pueden llegar a ser los piropos.

Hoy hablamos de las cosas del comer, de las abuelas, de pagodas dedicadas a la diosa Cali, de Portugal, de Ulises (cómo no), del michelín que te sale cuando te dan calabazas y de la genial traducción de "Death Eater" como "mortífago" de Adolfo Muñoz (y no de Gema Rovira, como erróneamente se afirma en el episodio).

¿Y qué tienen que ver todas estas cosas con los mamotretos? Pues... escucha y verás ;)

¿Cómo es posible que una raíz griega, creada hace varios milenios, encaje tan bien en palabras que describen conceptos que apenas llevan unas décadas con nosotros? Hoy hablamos del asombroso viaje que la llevado a cíber desde los mares helenos hasta las nuevas tecnologías.