Las personas, que hemos integrado la Iglesia, en todos los tiempos; y que hemos conocido a Jesús, a través de la Biblia, no venimos del mismo sitio. Todos han tenido, tienen y tendrán su propia historia, cultura y tradiciones. Además de una situación social y política distinta, que condiciona su manera de entender y reaccionar frente al evangelio. Los autores del nuevo testamento tuvieron en cuenta esto al redactar sus libros.