Éxodo 15: ¡No te desanimes tan pronto!
Éxodo 15:8-27:
Al soplo de tu aliento se amontonaron las aguas; Se juntaron las corrientes como en un montón; Los abismos se cuajaron en medio del mar. El enemigo dijo: Perseguiré, apresaré, repartiré despojos; Mi alma se saciará de ellos; Sacaré mi espada, los destruirá mi mano. Soplaste con tu viento; los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las impetuosas aguas. ¿Quién como tú, oh Jehová, entre los dioses? ¿Quién como tú, magnífico en santidad, Terrible en maravillosas hazañas, hacedor de prodigios? Extendiste tu diestra; La tierra los tragó. Condujiste en tu misericordia a este pueblo que redimiste; Lo llevaste con tu poder a tu santa morada. Lo oirán los pueblos, y temblarán; Se apoderará dolor de la tierra de los filisteos. Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán. Caiga sobre ellos temblor y espanto; A la grandeza de tu brazo enmudezcan como una piedra; Hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová, Hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste. Tú los introducirás y los plantarás en el monte de tu heredad, En el lugar de tu morada, que tú has preparado, oh Jehová, En el santuario que tus manos, oh Jehová, han afirmado. Jehová reinará eternamente y para siempre. Porque Faraón entró cabalgando con sus carros y su gente de a caballo en el mar, y Jehová hizo volver las aguas del mar sobre ellos; mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar. Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas. Y María les respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; Ha echado en el mar al caballo y al jinete. E hizo Moisés que partiese Israel del Mar Rojo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová, y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador. Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmeras; y acamparon allí junto a las aguas.
======================
En este capítulo vemos 3 partes. En los primeros versos podemos leer el cántico que Moisés compuso y cantó inspirado por la gran hazaña de Dios sobre el ejército más poderoso de la tierra.
Después, María, la hermana de Moisés, hizo lo mismo; ella compuso una canción de celebración y reunió a todas las mujeres para que exalten al Señor por esa gran victoria que les dio, ya no tendrían más temor porque el que los tenía subyugado; ya no los iba perseguir más.
Luego, el júbilo y la celebración, de repente, se acabó en tan solo 3 días. ¡Tres días! El pueblo tenía sed después de tres días caminando por el desierto; y lo primero que hicieron fue murmurar, quejarse y desesperarse. Esta fue la primera prueba del pueblo de Israel después de que sus enemigos fueran totalmente derrotados. Ya no estarían enfrentando a un pasado de 400 años, sino que ahora se están enfrentando con nuevas cosas que aparecían en el camino.
El Señor aprovechó para mostrarles que no solamente Él iba ayudarlos a superar las cosas del pasado, sino que también iba a ayudarlos a enfrentar las cosas que vendrían en su presente y las que vendrán en el futuro.
Encontraron aguas pero no eran agradables para beber; y Dios, de forma milagrosa, las transformó con un acto simple pero grandioso: poniendo...