Predicación a cargo del invitado Pastor Abdierl Sánchez.

La forma en la que es expuesta esta profecía indica que no fue algo fácil para Amós, al contrario le afectó dar estos mensajes; no trae ninguna satisfacción la condenación de un pueblo. Y trae la idea de que Amós pudo experimentar el sufrimiento de Dios al ver a su pueblo rebeldes, sabiendo que le esperaba la ruina. Aunque hay un remanente, sabemos que es sufrimiento, el pasaje nos indica que el diez por ciento perdurará para llevar a cabo la misión que Dios les encomendó como nación. ¿Qué pensaría si eso mismo aplicara en l actualidad? ¿En qué porcentaje quisiera estar?

Amós exhorta a algo más profundo que llevar un holocausto por mera tradición. Buscar una relación estrecha con Dios con el deseo de conocer su voluntad y cumplirla. La idea es conocer a Dios personalmente, no solo es buscar sus favores materiales. Lo que Dios desea es que la gente lo busque como el Padre que anhela intimidad, no como el que hace favores y da bendiciones especiales.

Podemos ver que Amós lanzó al mundo un concepto nuevo de la justicia. No consiste en decisiones o actitudes, sino en lo que se demuestra. Miquéas 6:8 hay que “hacer justicia, amar a misericordia y humillarte ante tu Dios” eso es hacer algo a favor de los necesitados, los ancianos, los débiles; hay que servirles y ayudar al desprovisto, para que sean tratados con compasión. El creyente tiene que estar activo en la causa de la justicia.

El pecado corrompe a todas las personas y nos hace ver que tiene la capacidad de conducir a la manipulación para involucrar a otros en cualquiera de sus deseos. Es una irresponsabilidad insensibilizar a alguien para lastimar a otra persona. Dios dignifica a la gente, y la ve con ojos de amor y misericordia.

El pecado consiste en que alteraron la imagen del hombre que Dios nos ha provisto, ningún hombre debería de ser visto como objeto o un medio para obtener algo, sino cómo un receptor de la bendición que Dios me ha provisto. No podemos acabar con la injusticia social sino vemos a las personas como Dios las ve ni tratarlas con la dignidad y ternura que necesitan.

Dios siempre ha indicado la bendición de seguirlo y las consecuencias de no hacerlo. Amós, les ha advertido sobre el pasado recordando que en siete ocasiones Dios ha actuado para que recapaciten. Pero cada acción de Dios que recuerda Amós termina en un “no os volvisteis a mí”.

El encontrarnos con Dios puede ser glorioso si cuando hay arrepentimiento, obediencia y restauración. Dios nos ha llamado de muchas formas, nos ha hablado por medio de su palabra, por medio del día a día. Es una oportunidad de cambiar nuestro camino. ¿Cómo vas a responder?

El pueblo de Israel se ha caracterizado por tener una relación especial con Dios. Un pueblo que Dios formó para comenzar una relación única con él, esa relación tenía la finalidad de manifestar esa responsabilidad que Dios les encomendfaría . No fue una cualquier relación ni mucho menos cualquier responsabilidad.

El profeta falso no se identifica sino por lo que prediuca.

Podríamos aplicar el mismo razonamiento a cada creyente, el falso profeta se identifica por lo que no predica.. Entonces, su persoina no acepta su responsabilidad en cuanto al llamado de Dios. ¿Podrçía considerarse un creyente?

A partir de aquí comienza el tema fundamental de la profecía de Amós será la falta de justicia social y la opresión sobre los pobres y los desamparados y que efectos traen sobre el pueblo. Lo deja al ultimo, no porque la falta sea menos, sino porque Dios tiene más cosas que decir.

Esto nos debe de llevar a analizar nuestro corazón, no analice sus prioridades, analice su corazón. En esto se enfocan los 10 mandamientos, el pueblo llegó a este punto por no adorar a Dios, por no interesarse en el prójimo y por no tener contentamiento. Vivimos en un mundo injusto, por que carece de la justificación perfecta que solo Dios proporciona.

Está porción describe la falta de gratitud del pueblo por las bendiciones de Dios. De las peores cosas que puede hacer la iglesia y el creyente es ser indiferente e ingrato con ls bendiciones que Dios le ha dado.

Que en este mensaje Dios te confronte y te lleve a reconocer que Él es la única esperanza para nuestra salvación y una vida de plenitud donde podemos disfrutar de su prosperidad.

Este pasaje nos habla de que en el arrepentimiento del pueblo, Dios ha demostrado su amor y misericordia por medio de el proceso de restauración. La tristeza, el dolor y la desolación ocasionada por el pecado y la indiferencia a Dios, ha quedado atrás. Esta porción nos presenta un contraste con los capítulos anteriores. La redención y restauración en Dios traen bendición de manera general.

La bendición radica en el arrepentimiento de una mente y corazón que administrará correctamente los bienes que Dios provee. Dios bendice a una persona arrepentida porque en su mente renovada administrará los bienes de manera adecuada.

La restauración trae el gozo que se había perdido, Provee el reconocimiento de que la abundancia viene de Dios.

La promesa de salvación es para quienes han respondido al llamado de Dios de perdón, arrepentimiento y restauración. No es un llamado a una vida sin problemas, es un llamado para una vida restaurada, de plenitud y eterna.

A pesar de la situación y de la condición del hombre Dios proporciona las oportunidades para que su pueblo se vuelva a el. “Convertíos a mí con todo vuestro corazón” se refiere al arrepentimiento y obediencia que Dios espera como parte del pacto. Resalta que el arrepentimiento debe ser genuino, entendiendo que delante de Dios no podemos fingir. Es la razón por la cual el arrepentimiento no son los cambios en nuestras acciones, si se refleja por medio de nuestro comportamiento. Primeramente es venir a Dios sin hipocresía, sin máscaras, sin disfraces. Joel está enfatizando que a Dios le desagrada una conducta simulada sin una mente transformada. El campo de trabajo de Dios es el corazón del hombre.

Los judíos expresaban su dolor rompiendo sus vestidos al enfrentar una situación dolorosa o de aflicción. Pero Joel no exhorta a que rasguen sus vestidos, es decir, no pide que lo manifiesten exteriormente, sino que rasguen su corazón. Que el arrepentimiento no sea por un dolor externo, sino por el lamento de la condición interna.

¿Por qué un llamado colectivo? Vea la sociedad, estamos en una crisis mundial. Por eso razón el lamento, el arrepentimiento debe de ser colectivo. Tocar la trompeta, convocar a la asamblea para ayuno, es un llamado a un lamento nacional. Debemos de ver la seriedad de nuestra condición. Los ancianos debían de ser los primeros en arrepentirse y los que seguían de ellos deberían ver el arrepentimiento y aprender de la humillación de Dios de ellos.

Aunque persistimos en provocar la ira sobre nosotros, y somos insensibles, Dios no exhorta diario al arrepentimiento. Debemos orar y humillarnos verdadera y sinceramente. Oremos para que vivamos bajo Su gobierno hasta que seamos llamados a su presencia.