"El tiempo que Pablo invirtió en la iglesia de corinto fue muy significante. Pocas iglesias tuvieron tantas visitas de Pablo como lo tuvo corintios.
Para Pablo, corintio representó una inversión constante de recursos humanos. A pesar de toda su abnegación, el descrédito que sufrió por parte de algunos líderes de la iglesia provocó un ambiente, no solo incómodo, sino también destructivo, provocando una grieta relacional entre Pablo y la iglesia.
Ahora Pablo, una vez más, se ve en la necesidad de visitar a la iglesia, pero, de no cambiar las condiciones, su visita se transformaría más en un juicio disciplinario, un trato severo que en un viaje de compañerismo."