Si bien la deuda no es un pecado, sí es una maldición. Y el deseo de Dios es que tengas en abundancia y que puedas dar para extender su Reino. En Mateo 25: 14 - 30 vemos la parábola de los talentos y lo primero que debes saber es que en esta parábola, el Señor se refería a los recursos financieros. Aquí vemos que uno de los principios que Él comparte, es “ir, negociar y ganar” (versículo 16). ¿Qué quiere decir esto? Que la diligencia (ir) y la habilidad (negociar) traen ganancias. Ahora veo a muchas personas que quieren ganar dinero fácil, ¿y esto cómo es posible? Si Proverbios 3:11 dice que “las riquezas de vanidad disminuirán, pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta”. ¡Hay que trabajar y esforzarse!
Tú debes entender que todo le pertenece a Dios, nosotros solo somos mayordomos y administradores de lo que Él nos ha entregado. Además, que el dinero no debe ser una meta en la vida, sino un medio, una herramienta para cumplir el propósito de Dios. Cuando tienes claro tu llamado y tu asignación la provisión te seguirá. El problema de irse a un lugar a “buscar dinero” es que nunca lo encontrarás. Porque el dinero no se busca, te sigue. ¡Cuando buscas el reino las bendiciones te persiguen!
La visión, el ahorro, la siembra y la cosecha, los tiempos de Dios y la buena administración siempre serán principios claves para la abundancia y sanidad financiera. Dios no bendice de acuerdo a la cantidad sino de la fidelidad. Alíneate a la voluntad de Dios y verás la bendición.