No podemos celebrar en comunidad dejando la puerta abierta al chisme. No podemos celebrar en comunidad si no gozamos el arrepentimiento y entrega de nuestro hermano o hermana. No podemos celebrar en comunidad si seguimos viéndonos superior a los demás. No podemos celebrar en comunidad si pensamos que somos autosuficientes. No podemos celebrar en comunidad si no somos transformados diariamente por la gracia de Dios. No podemos celebrar en comunidad si no vamos a los pies de Cristo.Y la práctica de la mesa nos ayuda a hacer las cosas como Jesús lo hacia. La mesa es un lugar de hospitalidad y gracia. La hospitalidad implica acoger, crear espacio, escuchar, prestar atención y proveer. La mesa ayuda a eliminar la prisa. A algunos no nos gusta. Nos gusta que todo sea rápido. Pero la práctica de la mesa nos obligan a orientarnos a las personas en lugar de a las tareas.Compartir la mesa no es la única manera de comenzar relaciones, pero es la primera de la lista porque es posible permanecer a distancia de alguien en reuniones públicas, incluso en un servicio de domingo. La práctica de la mesa te acercan a tu hermano. Te ayuda a ver a las personas en la vida, tal como son. Puedes conectar y comunicarte.