En esta oportunidad pudimos observar Hebreos 11:4, y ser inspirados por la fe del justo Abel (Mat 23:35), animándonos a ir más allá de una adoración mecánica y superficial, entendiendo que la verdadera fe no es aquella que solo cree en la existencia de Dios (Stg 2:19), sino aquella que le cree a Dios, es decir, cree Su Palabra y obedece sus mandamientos (Rom 12:1).