A través de la carta a los gálatas, hemos aprendido acerca del verdadero evangelio: “Jesucristo dio su vida por nuestros pecados para rescatarnos de este mundo malvado, según la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (Gálatas 1:4-5). Este rescate por nuestras almas solo podemos recibirlo mediante la fe en Cristo Jesús. Al mensaje del evangelio no se le debe agregar nada más. Sin embargo, los judaizantes objetaban de que el evangelio de Pablo estaba incompleto. “Si solo se predica la salvación solo por la fe, la gente queda libre de vivir a su manera, sin ley y su salvación no es completa”. No obstante, el apóstol Pablo comienza a exponer los aspectos prácticos de nuestra salvación; la gracia, no es una gracia barata, sino que, tiene el poder para transformar radicalmente la vida de aquel que cree. Dios nos ha dado libertad y esa libertad no nos vale para pecar, sino para vivir conforme a la voluntad de Dios.