Un frecuente mal en Guatemala es la que yo denomino "facturitis". Ese impulso, casi incontenible de pedir factura casi que hasta por respirar. Le atribuyo este mal a un desconocimiento de las instituciones del Derecho Tributario por quienes en las escuelas de contaduría en los niveles medios simplemente explican que "para documentar una operación contable se necesita factura" sin saber cuándo es que la ley obliga a emitir dicha factura. Claro, esto se enraíza y parece que ahora TODO requiere de ese dichoso papel (bueno, ahora bits). Despejemos estas dudas y acabemos con la facturitis.