Cuando Jimi Hendrix aterrizó en el aeropuerto de Londres, en septiembre de 1966, el chico de Seattle no era consciente de la enorme influencia que iba a tener en la música. Ese viaje a la capital inglesa fue su puerta de acceso a la primera división y Hendrix no iba a desaprovechar esa oportunidad. Unas semanas después llamó a casa, a su padre, asegurándole que iba a triunfar tras un lustro recorriendo EEUU como guitarrista de otras bandas.

En su primer concierto en Inglaterra, con apenas unos pocos espectadores, dejó con la boca abierta a Paul McCartney. Hizo su show. Tocó de espaldas, con los dientes, inventó paisajes sonoros y llevó la guitarra a una nueva dimensión. Desde ahí, todo fue cuesta abajo. Unos meses después grabó su primer disco acompañado de una banda que le habían montado para la ocasión y en un sello creado para sacar su música.

El resultado de esa apuesta por el guitarrista fue Are You Experienced, uno de los discos de debut más apabullantes e influyentes de la historia del rock. Hendrix, un chico que apenas tenía interés en algo que no fuese la música, floreció cuando el álbum se establecía como concepto, como elemento artístico más allá de ser un contenedor de canciones radiables. El guitarrista vio en ello un mundo de posibilidades para dar rienda suelta a sus obsesiones y de ese modo elevó la música a una nueva dimensión.

Esta semana Manuel Recio y Lucía Taboada nos llevan a finales de los años sesenta para recordar el advenimiento de Jimi Hendrix.