En ésta época, en nuestra cultura occidental, nos reconocemos más que nunca a partir de lo que compramos. Qué cosas tenemos, qué ropa usamos, qué celular tenemos, qué viajes hacemos. En ese tren fuimos dejando muchas cosas muy valiosas en el camino, como el sentido de una celebración en sí misma. Entonces ¿cómo podemos aportar a unas fiestas que recuperen o reformulen su sentido pero desde el corazón? Con nuestro mensaje. En la coherencia interna vamos a encontrar qué mensaje transmitir para aportar a esa compra sentida, amada, que ocupa un lugar especial en el corazón y en la vida de las personas.