Aparte de como amigo, me gusta presentar a Villanueva como un grupo multimedia él mismo: el tío hace textos, hace fotos, hace vídeos, hace audios, y todo lo hace bien. Su capacidad de trabajo es estajanoviana. Sin embargo, en ninguna de las empresas por las que ha pasado se le ha reconocido, dada su incapacidad para medrar en los pasillos y los despachos. Hasta que se puso por su cuenta.

Su productividad entonces se disparó. Al tiempo ahorrado en reuniones sin fin, calentamientos de silla y sorteo de zancadillas y puñaladas, Fernando sumó un hábil manejo en la producción de contenidos. Como periodista por su cuenta y riesgo no tiene rival. En estos tiempos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos son tantas sus opciones que hacen de él un ser antifrágil, un aventajado discípulo de Taleb. Esta sería una segunda forma de presentarle.

Hay una tercera: la de eficaz divulgador. Fernando es capaz de resumirte El Quijote en folio y medio señalándote, además, el lugar exacto de La Mancha. Para él, no hay aventura que más merezca la pena vivirse que la aventura del saber. Su último libro, La contrahistoria de España, son lecciones amenas de historia profunda.

Entrevista conducida por Gonzalo Altozano.

Sonido: César García.

Diseño: Estudio OdZ.

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