Siempre me pregunté porque nos mudabamos tanto. Solo tenía 18 años y ya nos habíamos mudado 6 veces.
Había vivido en India, Nigeria, Japón y muchas ciudades en los Estados Unidos. La gente pensaba que yo era especial por esto, pero yo no lo creía, yo solo quería crecer en una ciudad.
Un día, estaba de camino a Target para comprar algunas cosas cuando vi a dos hombres discutiendo en frente de mi. Me pregunté por qué estaban discutiendo tan temprano en la mañana. Conforme me acercaba a ellos, me di cuenta de que en realidad no estaban discutiendo.
Un anciano, que parecía tener unos sesenta años, intentaba comunicarse con un taxista, le preguntaba dónde estaba el restaurante más cercano.
Le dijo que necesitaba comer tan pronto como fuera posible porque se estaba muriendo de hambre. El señor no había comido el día anterior. Porque nadie de por ahí entendía lo que él estaba diciendo y ya no podía soportarlo más, comenzó a frotarse el estómago y a actuar con señas a alguien comiendo.
El conductor del taxi sonrió y sacó un dólar de su taxi diciendo, “Lo siento, pero eso es todo lo que tengo para darle. Vaya a comprarse algo.”, el anciano le arrojó el dólar de regreso y se fue de ahí furioso, gritando un montón de groserías.
Rápidamente corrí hacía el anciano y le dije donde podía encontrar distintos restaurantes. Incluso le escribí la dirección de varios de ellos en un pedazo de papel y se lo di. Le di mi número y le dije que me llamara si alguna vez necesitaba cualquier tipo de ayuda.
“Oh, pequeña.”, dijo el anciano con una gran sonrisa. “¡Dios te bendiga! Eres mestiza, ¿verdad? ¿tus padres son españoles?”
No pude entender porque me preguntó eso, así que solo asentí con la cabeza y comencé a alejarme. El anciano me detuvo, me dio $500 y nuevamente me agradeció. Estaba extremadamente confundida pero de todas maneras tomé el dinero, ¿quién rechazaría $500? Yo no.
Mientras estaba en Target, echando mis compras en mi carrito fue que me di cuenta.
“Espera un minuto”, me dije a mi misma. “¿Estaba hablando español con ese hombre? ¿Cómo es eso posible?”
Rápidamente reuní mis compras y corrí a casa para contarles a mis padres lo sucedido.
Mi mamá simplemente sonrió cuando se lo conté y ME dijo: “Naciste en Nueva York, pasamos un mes en Nueva York y otro mes en Barcelona antes de mudarnos a las Bahamas donde posteriormente nos quedamos por casi tres años. Debes haber aprendido español durante nuestro breve período en Barcelona."
"¿Cuándo era una niñ de un mes?", le pregunté, sorprendida.
“¡Por supuesto! Esto es bastante común para las personas de nuestra familia. No somos como otras personas, estamos dotados.”
Fue extraño cómo dijo "Gente de nuestra familia", porque mis padres dejaron en claro que yo no tenía tíos ni tías. Entonces, ¿quiénes eran estas "personas de nuestra familia"?
"Supongo que esto también significa que nos hemos mudado con más frecuencia de lo que pensé inicialmente, ¿verdad?"
“Sí.”, respondió mi mamá. Y ese fue el final de nuestra discusión.
Sabía que había algo muy diferente en mi familia, pero este año estaba a punto de darme cuenta de lo diferentes que éramos. E iba a ser asombroso.
¡Hola! Mi nombre es Elizabeth pero puedes llamarme Lizzy porque así es como me llaman todos mis amigos cercanos.
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