“Hola Harry, te ves bien hoy. ¿Qué rayos estoy diciendo? ¡Tu te ves bien todos los días, joven guapo y afortunado!”, alguien me dijo mientras pasaba junto a él. Me di la vuelta y le dirigí una sonrisa, junto con un pulgar hacia arriba. Realmente apreciaba los cumplidos.
Seguí caminando hasta que llegué al puesto de los perros calientes. Tenía hambre y quería comer un perro caliente. A unos metros de mí y sentada con sus amigas estaba Amy. Amy era una de las chicas más hermosas que había visto en toda mi vida, si no es que la más hermosa en realidad. Tenía grandes y hermosos ojos azules y un hermoso cabello castaño que le crecía hasta la cintura. Traté de llamar su atención saludándola, pero ella o no podía verme o simplemente me estaba ignorando.
En ese momento, su amiga Amanda se levantó para contestar una llamada. Se distanció del grupo hasta que terminó la llamada, y justo cuando estaba a punto de regresar, me acerqué a ella para charlar un poco con ella.
“Hola Amanda, ¿qué hay?”, la saludé.
"Hola Harry, ¿cómo estás?", respondió ella.
"Estoy bien. Me gustaría hablar contigo unos segundos si no te importa.”
"Soy toda oídos."
“Bueno…”, comencé “Me gusta mucho tu amiga Amy, pero parece que ella ni siquiera me conoce o ni le interesa conocerme. Me preguntaba si tendrás algún consejo sobre cómo podría hacerle para llamar su atención y poder gustarle.”
Amanda hizo una pausa por un momento antes de responder.
“Hmm, esto puede sonar extraño, pero Amy tiene una extraña fascinación con los chicos que tienen dientes muy blancos. Ya sabes, del tipo que parece que nunca has comido una caja de chocolates o dulces en toda tu vida”.
"¿De verdad?", pregunté, desconcertado.
"Bueno sí. Quizás si pudieras blanquear un poco tus dientes, ella podría darte una oportunidad, nunca se sabe”.
"Muchas gracias.", me alejé reflexionando. Mis dientes no eran de ninguna manera feos o malos, pero si blanquearlos era lo que haría que Amy me notara, entonces estarían blanqueados.
Unos días después, estaba en el consultorio del dentista. El dentista me explicó que el blanqueamiento dental no era un procedimiento complejo. Si lo hacía con regularidad, mis dientes iban a estar lo más brillantes posible en los meses siguientes.
¿Meses? ¡Necesito dientes despampanantes ahora!
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