La Tertulia de los Viernes con Marcia Collazo, Víctor Ganón, Juan Grompone y Gonzalo Pérez del Castillo.
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A pesar de los avances tecnológicos y las herramientas que podrían simplificar procesos, mejorar tiempos y optimizar recursos, las estructuras burocráticas tienden a expandirse. Lejos de reducirse, muchas veces crecen, generando más trámites, más pasos intermedios, más tiempo perdido.
Desmantelar o transformar las burocracias estatales es uno de los desafíos más persistentes de cualquier gestión pública.
La incorporación de la inteligencia artificial, la automatización de tareas administrativas y los sistemas de gestión digital representan una oportunidad concreta para mejorar la eficiencia del Estado. Sin embargo, esa transición no ocurre fácilmente. Las burocracias, por su propia naturaleza, tienden a aferrarse a esquemas conocidos y estables. Funcionan con lógicas internas difíciles de mover, con reglas rígidas, culturas arraigadas y, muchas veces, con intereses que se resisten a cualquier cambio que implique perder poder, funciones o espacios de decisión.
Entonces, ¿es posible transformar la burocracia? ¿Y qué tan preparados —o dispuestos— estamos como sociedad a dar ese paso?