El socialismo es una religión laica, con sus santos, mártires, libros sagrados, lugares de la memoria, y milagros. Una fe política que busca el advenimiento del Paraíso Socialista, la utopía igualitaria en armonía y felicidad, derribando los obstáculos presentes. Es una fe, además, que se cree científica, en un mecanicismo histórico que hace sentir a sus seguidores como visionarios, poseedores de la verdad, y con una evidente superioridad moral. Por eso el socialismo tiene sus predicadores, proselitistas que dedican su vida a la agitación y propaganda para ganar adeptos en la creación del Hombre Nuevo para la Sociedad Nueva. Y construyen una mística, casi una mitología, una patrística de los fundadores, de aquellos que, en su mentalidad, dieron los primeros pasos de la "buena nueva". En el caso del socialismo español es Pablo Iglesias Posse.