No fue lo que papá hizo… fue lo que nunca hizo.

Ese silencio, esa ausencia, esa exigencia o esa mirada que jamás llegó siguen pesando hoy en tu vida adulta.

Lo que viviste con papá no se quedó en la infancia: se refleja en tu autoestima, en tu forma de amar, en tus relaciones y en cómo te tratas a ti mismo.

En este episodio te confronto con esas heridas que aún cargas, te muestro cómo se manifiestan en tu día a día y te guío a reconocer que sanar a papá no significa cambiarlo a él… significa liberarte tú.

Sanar la herida con papá es el regreso más poderoso: volver a ti.