En este último episodio de la tercera temporada de Las Mentiras que te Cuentas, te comparto una experiencia que me sacudió por completo. Estaba lista para ponerme la etiqueta de víctima por una condición de salud… hasta que apareció alguien con una mentalidad más fuerte que la mía. En el gimnasio, mientras yo me justificaba, él me dio una lección que me empujó a dejar las excusas y a seguir con disciplina.
Esta historia no es solo mía, es un espejo para ti también. Porque siempre va a haber alguien que te muestre que tus límites están en tu cabeza. Hoy cierro esta temporada con una reflexión poderosa, con humildad, y con la certeza de que esto no es un adiós, sino un hasta luego.
Gracias por sintonizar cada episodio, por crecer conmigo, por cuestionarte, y por no rendirte. Nos vemos en la cuarta temporada, donde hablaré de lo que tanto me han pedido: ejercicio, dieta, y la mecánica del cuerpo para transformarte desde la acción.
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