Bien, ya hemos comentado que “recuerden” es una instrucción. Pero, ¿qué debemos recordar?

Recuerda tu situación desesperada antes de que Dios te salvara. Pablo describe la condición de los gentiles ante la cruz como de total desesperanza y desesperación.

Se nos ordena recordar nuestra situación antes de que Dios nos salvara (2:11-12). “Recuerden” es una orden, no una sugerencia.

Detrás de la orden de Pablo había una larga historia de animosidad entre los judíos y los gentiles. Había un peligro muy real de que la iglesia primitiva se dividiera en iglesias judías y gentiles...

Aunque Dios soberanamente ordenó estas buenas obras de antemano, somos responsables de caminar en ellas.

La frase final del versículo, “para que anduviéramos en ellas”, nos dejas ver el propósito de estas buenas obras que fueron preparadas con anticipación pero no para 'trabajar en ellas', sino 'andar en ellas'.

Dios preparó las buenas obras antes de salvarnos.

En cuanto a estas buenas obras, agrega Pablo, “las cuales Dios preparó de antemano…”. ¿Qué quiere decir? El único otro uso de este verbo está en Romanos 9:23...

La salvación genuina inevitablemente resulta en una vida de buenas obras.

No somos salvos por buenas obras, sino que somos salvos para buenas obras. ¡Esas diferentes preposiciones hacen toda la diferencia en el mundo!

La salvación es un don (regalo) de Dios para nosotros, derivado únicamente de la gracia de Dios. Hay filosofías religiosas que enturbian la gracia de Dios en este punto, enseñando que somos salvos por gracia a través de la fe, pero no por gracia a través de la fe solamente.

Pero también necesitamos entender, “fe”.

La salvación solo por la fe significa que recibimos la salvación al confiar en lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz.

Mucha gente malinterpreta la naturaleza de la fe salvadora.

La siguiente palabra que hay que entender es “gracia”.

La salvación solo por gracia significa que no hicimos absolutamente nada para ganar o merecer la salvación.

Para manejar este texto con precisión, debemos comprender cinco conceptos clave: “salvados”; "gracia"; "fe"; “don”; y “gloríe”.

Ser salvo significa que el Señor Jesucristo nos ha rescatado de la ira y el juicio de Dios.

El propósito final de nuestra salvación es mostrar las incomparables riquezas de la gracia de Dios en su bondad para con nosotros en Cristo.