Las misericordias de Dios nos llaman a bendecir a nuestros enemigos, simpatizar con los demás y practicar la humildad.
Continuando con la primera parte de nuestro versículo, Pablo escribió respecto a su propio ministerio, (1 Cor. 4: 12b-13), “Cuando nos ultrajan, bendecimos. Cuando somos perseguidos, lo soportamos. Cuando hablan mal de nosotros, tratamos de reconciliar...