El crecimiento espiritual glorifica a Dios de muchas maneras.
Primero, glorifica a Dios porque vemos cómo Dios obra en nosotros.
En segundo lugar, glorifica a Dios porque a medida que crecemos y el amor de Dios obra en nosotros, queremos glorificarlo más.
"Si no te desafía, no te cambia".
"Dios no te trajo tan lejos para dejarte".
"Ora más cuando sea más difícil orar".