¿Cuando fue la última vez que disfrutaste de un momento con tu hijo por elección propia, qué te acercaste a preguntar que pasaba o simplemente a disfrutar de un momento de ver películas, de hacer su actividad favorita, en donde no importaba la terapia, dónde no importaba la escuela, las labores domésticas, las exigencias, las dudas, el trabajo? Las demandas de una sociedad más productiva y más competitiva que se vuelve cada vez más fuerte y que van moldeando los roles de los padres, las expectativas de ellos mismos y hacia sus hijos, ¿cómo juegan esas expectativas en mantener una cercanía?