En la noche del 27 de marzo de 2011, Manuel Sánchez Núñez, un jubilado de 67 años, abrió la puerta de su piso de Palma por última vez. Dos búlgaros a los que conocía le maniataron y torturaron hasta la muerte, en busca del dinero de un plan de jubilación que pensaban que había cobrado. Esta es la crónica de un crimen que conmocionó a la barriada de Son Canals y que se saldó con sendas condenas de 13,5 años para los dos implicados en el crimen y otra menor, de tres años, para un tercer búlgaro que encubrió a sus amigos.