Hoy, un poema para vivir de otra forma la soledad.

Empieza así:

Olvida todos los tópicos.

No escuches a las malas lenguas que habitan en tu cabeza que te bombardean...:

"Debía haber hecho..., habría podido..., ¿será que yo...?"

Súbete a la esquina de tu cama

y desde allí canta.

Échate a andar

sin rumbo

mientras dejas que tu frente se desarme...

Vuelvo con un poema que habla de mi revolución interior en estado puro.

Hace unos meses se me ocurrió la idea de recabar información entre mis amigos sobre lo que era la escucha para ellos, ya que es un tema que a mí me interesa mucho y quise empezar escuchando y les hice un par de preguntas, quise conocer otras escuchas distintas de la mía.

Y lo inicio hoy empezando por la mía, la que mejor conozco. Y me refiero a la escucha a mí misma.

Me encantaría que participéis con vuestro sentir sobre la escucha.

Una reflexión sobre el contacto humano, el dar y la generosidad y naturalidad de una niña que choca con nuestra habitual intención de dar para recibir algo a cambio.

Si el amor pudiera entrar de alguna forma en los cuerpos de estos seres dañinos... algo pasaría, estoy convencida.

Una propuesta de contacto contigo mismo. Nada excéntrico ni prohibido. Sencillo, al alcance de cualquiera.

¿Quieres probar? Pasa, pasa...

Bailar

Me limpia…

me alza

me conforma

me inventa.

Rompe mis corazas...

Brevísimo audio en el que podéis escuchar el canto de varios pájaros diferentes, revolucionados en estos días de lluvia y mi invitación a parar cualquier otro sonido para escucharlos.

Con este silencio y limpieza de aire se les escucha mejor.

#DesdeMiventana #1

Qué mejor que el confinamiento para la Revolución Interior :(

Empiezo esta serie, con un formato algo diferente, simplemente el instante. La inspiración nace al mirar por mi ventana en diferentes situaciones. Mi, en estos días, adorada ventana.

En este caso hablo de la emoción que me provocan los aplausos de cada día a las 20:00.

Este audio proviene de un vídeo.

¿Realmente creemos que hay personas racistas y no racistas? ¿Es así de simple? Os propongo un viajecito hacia el interior.

¿Qué sentimos cuándo nos encontramos con una persona que tiene un color de piel diferente al nuestro, otra forma de ojos, de boca, otro olor, otro lenguaje? ¿Qué sentimos en nuestro fuero interno? ¿Nos atrevemos a decirlo? ¿Nos atrevemos a mirarlo?