Salmos 18 nos muestra la gratitud de David hacia Dios por su protección y liberación de los enemigos.

David continúa huyendo en una tierra extranjera. En estos salmos clama a Dios por justicia y protección contra sus enemigos.

David perdona a Saúl, demostrando respeto por la autoridad. Luego, David huye a Filistea por temor a Saúl, pero mantiene su fe en Dios.

En medio de la desesperación, David clama a Dios por protección contra sus enemigos y la maldad que los rodea.

En estos salmos, David proclama su confianza en Dios como luz y salvación para enfrentar las adversidades.

David sigue huyendo de Saúl y las situaciones extremas conllevan soluciones extremas. David busca refugio en Gat, pero finge locura para evitar ser capturado.

Los celos y la rivalidad empiezan a hacer mella en la relación entre David y Saúl. A pesar de esto, Jonatán se hace amigo cercano de David y lo protege.

Saúl sigue desobedeciendo a Dios de una manera abierta. David es ungido como futuro rey, luego vence a Goliat demostrando su valentía y fe en Dios.

Saúl actuó en contra de lo que Dios había establecido, desobedece a Dios al ofrecer un sacrificio y Él rechaza su reinado y promete un reinado duradero a otro.

Samuel unge a Saúl como rey de Israel, lo unge en secreto y confirma su reinado ante el pueblo, luego se despide del pueblo, exhortándolos a obedecer a Dios.