Esta es la práctica básica en el mindfulness. Este ejercicio consiste en centrar la atención en la respiración, sin intentar modificar nada. El entrenamiento de la atención comienza con la observación y la concentración en los movimientos de la respiración. La respiración está siempre contigo en el ahora, en este momento para poder practicarla. Ejercitando la atención en la respiración puedes aprender que no es necesario que reacciones de inmediato cuando piensas, oyes , sientes o ves algo. Simplemente te das cuenta de ello, pero sólo respondes cuando realmente es necesario.

Cuando los niños están tranquilos pueden notar muchas cosas en su interior. Sienten si están contentos o preocupados, si están enfadados o tristes. Puedes hacer este ejercicio con tu hijo para para aprender a prestar atención a los sentimientos, tanto a los agradables como a los que no lo son. Esto les ayudará a aceptar sus emociones, practicando también como manejarlas. Así serán más felices y sabrán adaptarse a las diferentes situaciones por las que les irá llevando la vida.

A veces los niños y niñas tienen miedo y sienten incertidumbre. El miedo es una emoción que puede ayudarles a ser cautos pero también puede hacerles sentir muy inseguros. Los padres pueden ayudar a sus hijos a sentirse seguros y a aprender a sentirse tranquilos aun cuando sienten miedo, están tristes, aburridos, enfadados... o siemplemente no se sienten bien. Este ejercicios ayudará a los niños a sentirse protegidos, ayudándose de la imagen mental de un bosque mágico, y a llenar su corazón de afecto, amabilidad y tranquilidad.

En esta época que estamos viviendo, en la que la vida de los más pequeños de la casa se ve bombardeada por el ruido de las nuevas tecnologías, exceso de información y exigencias por parte del entorno, puede resultar de ayuda practicar la atención en “no hacer nada”. Se trata de llevar la atención a la respiración por unos minutos y no tener que conseguir ni lograr nada. De esta forma, los niños se relajan y aprenden que para sentirse bien no siempre es necesario hacer algo, a veces es suficiente con dejar de hacerlo.

Esta es la práctica básica en el mindfulness. Este ejercicio consiste en centrar la atención en la respiración, sin intentar modificar nada. El entrenamiento de la atención comienza con la observación y la concentración en los movimientos de la respiración. La respiración está siempre contigo en el ahora, en este momento para poder practicarla. Ejercitando la atención en la respiración puedes aprender que no es necesario que reacciones de inmediato cuando piensas, oyes , sientes o ves algo. Simplemente te das cuenta de ello, pero sólo respondes cuando realmente es necesario.

Durante este ejercicio los niños y las niñas se familiarizan con las distintas partes del cuerpo y puedes practicar el estar presente en él, en lugar de solo en su cabeza. Si hacen frecuentemente esta práctica podrán percibir con más rapidez si sienten cansancio, tensión, si se distraen una y otra vez y se ponen a pensar. Aprenden cosas sobre ellos.En ocasiones están tan tensos como un espagueti crudo, duro y rígido. Pueden sentir mucha tensión al estar jugando con videojuegos, viendo la televisión…, y no ser conscientes de esta tensión. Este ejercicio les ayuda a liberar la tensión, al ser consciente de ella su cuerpo se siente como un espagueti cocido, blando y flexible.

Se trata de una práctica muy relajante que pueden hacer antes de dormir para conciliar mejor el sueño o para reducir la tensión.

La postura recomendada para realizar el test del espagueti es la de tumbados/ as tapándose con una manta si crees que pueden tener frío.

La visualización es un instrumento que tienen los niños y las niñas para abordar las situaciones del día a día. La estrella fugaz puede ser una oportunidad para que aprendan a ser pacientes, a confiar y a soltar. En ocasiones, la situación que quieren cambiar, en este momento, es la que es y no se puede modificar o forzar. Además las situaciones, la vida, cambian y no siempre en el momento que queremos. Cuando aprenden a tener confianza en los cambios, se conectan con la posibilidad de soltar el control de todo aquello en lo que no pueden influir.