Somos seres sociales, es natural, es y será así. En esa natural relación entre los seres humanos, y para ser más específico, cuando se generan vínculos afectivos como resultado de dicha relación, también es natural la necesidad de afecto básica; hasta ahí todo bien. El inconveniente es cuando dicha necesidad de afecto es desproporcionada, asimétrica y puede convertirse en un rasgo patológico afectando a la persona al punto que la relación consigo misma y con la otra persona no le hace bien a nivel emocional, físico, social, personal y hasta profesional, dejando de ser “quien es” para ser “lo que esperan de ella” buscando validación y aprobación.
Yo sin saberlo y en diferentes momentos de mi vida, he dependido emocionalmente, nunca lo cuestioné y hasta lo consideraba común; “normal”. Lo que sucede es que nunca nadie me dijo qué es la dependencia emocional.