Mantén una postura abierta: Evita cruzar los brazos o encorvarte, ya que estos gestos pueden hacerte parecer defensivo o poco accesible. En su lugar, mantén los brazos y las manos a los lados o en un lugar visible; esto refleja apertura y disposición para conectar.

Establece contacto visual adecuado: Mirar a la otra persona a los ojos durante la conversación muestra interés y sinceridad. Hazlo de forma natural, sin forzar, y equilibra el contacto visual con miradas ocasionales a otros puntos para evitar parecer intimidante.

Usa gestos para reforzar tus palabras: Utilizar gestos suaves y naturales con las manos puede ayudar a enfatizar tus ideas, pero no abuses de ellos. Movimientos exagerados o demasiados gestos pueden distraer; encuentra un equilibrio que te permita expresar tus puntos de manera clara y con impacto.

Controla tu respiración y expresiones faciales: Respirar profundamente y mantener una expresión facial relajada ayuda a proyectar seguridad. Evita fruncir el ceño o mostrar tensión, ya que estos signos pueden transmitir nerviosismo o desconfianza.

Posiciona tu cuerpo hacia la otra persona: Dirigir tu torso y pies hacia la persona con quien hablas comunica interés y compromiso. También es útil inclinarte ligeramente hacia adelante, lo que denota atención, mientras que girarse o alejarse puede interpretarse como desinterés o incomodidad.