En 2005, Kerri Rawson escuchó un golpe en la puerta de su apartamento. Cuando la abrió, un agente del FBI le informó de que su padre había sido detenido por el asesinato de diez personas, incluidos dos niños. Fue entonces cuando supo que su padre era el conocido asesino en serie conocido como BTK, un nombre que se había dado a sí mismo y que describía la horrible forma en que cometía sus crímenes: atar, torturar, matar. Al difundirse la noticia de su captura, Wichita celebró el final de una pesadilla de treinta y un años.