La Luna, además de ser nuestro satélite, siempre ha sido un foco en la noche, y todas las culturas que han habitado la tierra, siempre le han dado la categoría de deidad, culpándola o adorándola por su influencia sobre el ser humano, la propia tierra, o las criaturas que habitan en ella.
Desde el inicio de los tiempos la Luna causa una fascinación especial a los hombres. Más aún los extraños fenómenos relacionados con ella.