En la mayoría de los casos el avance de la ciencia es vertiginoso, a cada
paso logra deslumbrar, cautivar y, a veces, asustar a la humanidad. Por su
frenético desarrollo, utilidad, y capacidad de transformar el pensamiento,
el hábitat y la vida de todo ser humano, es innegable que la ciencia, es la
piedra filosofal del siglo XXI.
Nuestra capacidad de asombro cada día se pone a prueba con los
descubrimientos, teorías e inventos que los científicos desarrollan
alrededor del mundo; por ejemplo, son notables los avances en campos como:
la bioingeniería, la nanotecnología, la modificación molecular, el
mejoramiento genético, entre muchos otros desarrollos de vanguardia.
No obstante, también hay un lado oscuro donde prolifera el desarrollo de
agentes bacteriológicos, usados con fines oscuros. De todos los escenarios
apocalípticos posibles, uno que incluya virus asesinos que transformen a
los humanos en zombis es el menos posible… o al menos así es para los
científicos.