Para obtener la salvación tenemos que experimentar el nuevo nacimiento que renueva nuestro corazón.

Al adorar a Dios necesitamos definir nuestras prácticas y costumbres usando la verdad de Dios en las escrituras como nuestro criterio principal, no las tradiciones culturales.

La religión es lo que yo hago por Dios, el cristianismo es lo que Dios ya hizo por mí. La religión es un esfuerzo, el cristianismo es un regalo.

Debemos hacer todo lo posible por habitar juntos en amor y unidad para que quienes no conocen a Jesús, el Salvador, de manera personal, crean.

El cimiento de nuestra esperanza en Cristo Jesús es tan sólido como una roca.

Aunque algún día Jesucristo ejercerá como Juez justo, tenemos que recordar que la primera vez que vino a la tierra lo hizo porque es un salvador amoroso y compasivo.

Asegurate de pasar unos minutos con Dios, todos los días. No como para cumplir una tarea, sino como una relación que quieres cultivar.

Absorber la Palabra de Dios tiene que ver con caminar con Dios.

Necesitamos imitar la forma en que Jesús se relacionaba con personas egoístas, prejuiciosas, moralistas, vengativas y llenas de odio.