La normativa actual impulsada por el Ministerio de Agricultura y Pesca impide a los profesionales ofrecer la mejor atención posible a los animales, por la nueva regulación que limita la capacidad del veterinario en prescribir y dispensar medicamentos a sus pacientes.El proceso burocrático también ha aumentado, para medicamentos que no se encuentran en la lista D que son los más accesibles y aprobados, los veterinarios deben esperar hasta una semana para obtener los fármacos de las listas B o C, lo que retrasa el tratamiento de los animales. Esta espera es especialmente crítica cuando se trata de cirugías urgentes o de pacientes con enfermedades graves.