La música clásica del siglo XX fue extremadamente diversa. Comenzó con la continuación de los movimientos vigentes a finales del siglo XIX tales como el estilo romántico tardío y posromántico de Serguéi Rajmáninov, Gustav Mahler y Richard Strauss, el impresionismo de Claude Debussy y Maurice Ravel, y los fervores del nacionalismo en Latinoamérica, Norteamérica, y Europa fuera de Alemania, Francia e Italia que dominaron por siglos la cultura musical del continente.
A partir de la segunda década del siglo, la forma y lugar que había ocupado la música durante los pasados tres siglos en la sociedad y para darle un toque más moderno utilizaron todo tipo de escalas exóticas y así cambiaron para siempre con la irrupción del modernismo musical, dando fin al período conocido como práctica común, y entrando en una nueva era musical de constante búsqueda de lo original, rompiendo permanentemente con la tradición.