Todo proceso penal comienza con la denuncia de un crimen.
Ahí comienza el andamiaje de la justicia para dar con la persona que ha cometido el delito y darle una pena.
Pero vamos a pasar al final directamente ¿con qué termina el juicio? Con una sentencia, acusatoria o absolutoria.
Acusatorio es cuando se demuestra de alguna manera que la persona que está siendo acusada fue la que cometió el hecho y le corresponde una determinada pena.
Pero también puede suceder que la sentencia sea absolutoria, es decir, que el acusado quede libre de culpa y cargo.
Este tipo de resultado puede darse en dos ocasiones: cuando el fiscal de cámara no mantiene la acusación (salvo que el querellante particular acuse y mantenga la acusación). Por ejemplo el caso de Nora Dalmasso no tenía querellante particular, por eso con el pedido de absolución del fiscal el juicio quedó terminado. El tribunal no puede tomar intervención.
Lo otro que puede suceder es que el fiscal sí acuse porque tiene los elementos necesarios. Ahí si, la absolución o la condena va a quedar en manos de los jueces técnicos y del jurado popular.
¿Por qué puede pedir absolución un fiscal?
Porque las pruebas presentadas no logran demostrar que el acusado es culpable del delito por el cual se lo imputa. En este caso que estamos usando como ejemplo, donde resultó absuelto Marcelo Macarrón, el fiscal, en una cuestión de honestidad intelectual, pidió la absolución.
La fiscal no debe ser un órgano acusador per se, si tiene pruebas, tiene la obligación de acusar. Pero si no las tienes, entonces debe pedir la absolución.