Dios nos creó como seres tripartitos, somos un espíritu, tenemos un alma y vivimos en un cuerpo y cuando andamos en la voluntad de Dios es nuestro espíritu el que señorea sobre el alma y el cuerpo, lamentablemente cuando erramos el camino el espíritu se opacará y ganarán espacio el alma y el cuerpo

Dios estableció que no debería ni agregar ni sacar nada de su Palabra y que si esto sucedía habría consecuencias graves para el que tal cosa hiciese, nosotros debemos ser cuidadosos y entregar el mensaje que Dios da y no el que nosotros queremos

Estas nos revelan que el reino de Dios y el mundo son dos polos opuestos, una cosa es lo humano y otra lo divino y en medio de esto Jesús se acerca a nosotros para darnos vida, pero para que esto ocurra primero debemos ofrendarle nuestra propia vida

Cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador personal comienza un proceso de transformación en nosotros..., debemos saber que a veces ese proceso duele, pero luego de haberlo pasado recibimos todas las bendiciones que ya existen preparadas para nosotros

Existe una diferencia entre Jesús y los demás dioses con minúsculas y esta diferencia es que la tumba que Jesús ocupó por tres días está vacía, la muerte no lo pudo contener y hoy intercede ante el Padre por sus hijos amados

En el ser humano hay ansiedad y esto es por todo aquello que no conoce y una cosa que lo inquieta es qué pasará después de la muerte, veremos cómo el apóstol Pablo despeja toda duda sobre este tema tan importante

El nuevo nacimiento no es opcional, sino más bien una necesidad urgente para escapar de la muerte segunda y es así que el Señor nos insta a nacer de nuevo para poder ser habitantes del reino de los cielos

El Antiguo Testamento nos muestra a hombres entregados al Señor que marcaron con seguridad extrema el Calvario de Cristo y que ese mismo Calvario fue por amor a la humanidad

A modo de devocional va esta Alabanza que vino directamente del corazón del Señor y yo solo fui el instrumento para que viera la luz

El no perdonar nos marca internamente y nos vuelve rencorosos y angustiados..., es por eso que el derramar perdón rompe cadenas y nos hace libres y nos acerca más y más a nuestro Padre Celestial