Yo no sé si revolotean por tu sesera pensamientos similares a los que yo tengo cuando me encuentro frente a alguien muy atractivo (en mi caso y de momento, solo mujeres). Puede ocurrir dando un paseo por la ciudad, en un restaurante, en la parada del autobús, en la caja del supermercado, en la cola de la panadería o en cualquier lugar.
Y da igual si es de día o de noche. ¡Ojo! Estos pensamientos solo aparecen ocasionalmente: ¡Qué guapa, vaya tela, qué curvas tiene! ¡No mires tanto que te lo va a notar! y otros similares que ahondan en el terreno de la fantasía y de los deseos. Por respeto al lector y por mantener salvaguardada mi reputación (que ya perdí cuando abrí mi blog de psicología, si es que la tenía), no voy a desvelar ninguno más. Mejor que permanezcan ocultos aunque intuyo que no son muy diferentes de los que tienes tú, no disimules. Y mira, es curioso por más que haya pensado en esto, jamás en la vida he tocado el culo a nadie que no me haya dado permiso; y nunca he sobado a mujer alguna solo porque lo haya pensado ¡Y no habrá sido por falta de pensamientos! ¿Y a qué viene esto? Ahora lo entenderás. Por cierto ¿Te imaginas que me planteara por qué tengo esos pensamientos? ¿Y si me dijera que no debería de pensar de esa manera? ¡Guau! La antesala de una obsesión. ¿Y si significaran algo?
Cuatro creencias que pueden ayudarte a salir del hoyo.
Para ser felices hay que aprender a manejar las experiencias privadas de ansiedad, los pensamientos negativos e inapropiados, y cuando eso suceda, terminarán los problemas, tendremos una vida feliz y productiva. FALSO. En la vida no siempre vamos a ser felices. Esa patraña de la felicidad es un farsa de algunos talibanes forofos de la psicología positiva. Muchas veces algo nos fastidia, hay crisis, suceden desgracias y tenemos todo el derecho a sentir angustia, ansiedad, depresión, ira y lo que tú quieras. Es natural, humano y a veces necesario. Además, los pensamientos y las emociones no las podemos evitar ni modificar. Que no te hagan sentirte culpable. Cada vez hay más farsantes que venden brebajes mágicos para conseguir una vida plena y feliz.
Me ayudará la técnica de registrar emociones y pensamientos negativos, con el objetivo de cambiarlos. FALSO. El hecho de centrar la atención en lo que nos hace sentirnos tan mal, lo único que produce es aumentar el malestar. Además, los pensamientos no cambian, permanecen. ¿Cuántas personas conoces que hayan cumplimentado un autorregistro en la visita a un psicólogo? ¿Quién quiere recordar lo chungo, lo que no desea repetir, lo que quiere quitar de su vida? Yo no. No sirve de mucho. Hay que dejar paso a lo nuevo y constructivo. Centrar la atención en aquellas cosas que nos hacen sentir mal y que nos alejan de nuestros valores y de las cosas importantes que queremos en la vida, no sirve de nada. Mejor centrar la atención en las cosas que suman. Cambia lo que haces, no lo que piensas (además de inútil es imposible).
Cuando tengo una obsesión, si hago la técnica de la “rechazar el pensamiento”, me calmaré y me pondré bien. FALSO. No pienses en un oso polar, no pienses en un oso polar, no pienses en un oso polar. ¿Te viene la imagen? Basta con negar algo, para que la mente lo busque con ahínco.
Las emociones negativas (ira, miedo, culpa, vergüenza, ansiedad, tristeza) perjudican mi salud e indican que tengo problemas psicológicos. MÁS QUE FALSO. Son sólo emociones y todos las tenemos. Nos han enseñado a que todo tiene que ser agradable y positivo. La sociedad de la apariencia. ¿No somos humanos o qué? Las emociones son necesarias para funcionar, para aprender y mejorar. Forman parte de la evolución. Realmente sólo el que las niega tiene un problema psicológico. Permítetelas. Pero eso sí: que sean de paso. Haz un esfuerzo por gestionarlas y que circulen.
Fantasías, pensamientos, deseos, recuerdos, imágenes, emociones, no son más que eso, no tienen la mayor importancia. Los pensamientos son solo pensamientos, son solo simples sonidos. Da igual un escote sugerente, un cuchillo afilado o una inmensa calvicie, son solo pensamientos. Date permiso cuando aparezcan y no pelees contra ellos. Si te planteas que no deberías de pensar así, estarás provocando que vengan con más fuerza, con más ahínco, con más intensidad y te costará quitártelos de encima. Se instalarán en tu sesera y te convertirás en ellos.
Vale pero, ¿Y cuándo hacemos caso a lo que pensamos? Si pensamos será para algo ¿no crees?
Partiendo de la base que pensar está sobrevalorado, te dejo una reflexión: haz caso a los pensamientos que te animen a ponerte en marcha y que te hagan cambiar las cosas negativas reales (no imaginarias) de tu entorno. Déjate llevar por los que te activen para cambiar aquellas cosas que te impiden alcanzar tus sueños. Y evidentemente, haz caso a aquellos pensamientos que te conecten y orienten con tus valores. El resto de reflexiones que te atascan, restan y que no te invitan a avanzar, son puras pajas mentales, son pura morralla. Cambia lo que haces y no lo que piensas. En la mayoría de ocasiones es mejor no escuchar sus cantos. Nos lían, nos confunden y nos distraen de nuestros objetivos