Suele decirse que las mentiras tienen patas cortas. También no es lo mismo una mentira que otra, hay diferentes tipos, momentos y contextos en los que se puede soltar una mentira. No haremos apología de las mismas pero vamos a contar una historia que se enmarca dentro de la, siempre útiles, "mentiritas piadosas".

Woody Allen dijo en su día que "la comedia es tragedia más tiempo" y es por eso que hoy, hasta los que se sintieron perjudicados pueden llegar a reírse de uno de los mayores engaños de la historia del fútbol inglés. Nos vamos a 1996.

"Deja que hablen, la histora es como la que te cuento yo". El fútbol mueve pasiones y esas pasiones llegan a límites inexplicables. Hay ganadores y perdedores y, aunque puede sonar fuerte, la historia se ha encargado de ubicar en una vereda u otra a diferentes protagonistas del mundo del fútbol. 

Miles de personas esperaban en Río de Janeiro a que Brasil ganara su primera copa del mundo. Con el empate ya se consagraban. Pero no esperaban a que un grupo de desfachatados les fuese a arruinar la fiesta.

Escuchen nuestra primera historia.